Apasiónate escribiendo en rojo, y participa en el V concurso de relatos La MUCCA. Este año está dedicado al relato erótico y me han hecho embajadora de la convocatoria. Así que estaré entre los miembros del jurado para seleccionar la mejor historia de sexo encapsulada en quinientas palabras.
Solo en casa con Mara Blixen. (I).
Por fin pongo en marcha algo de lo que tenía muchas ganas. Unas lecturas dramatizadas de mis textos eróticos.
El rapto de Europa
En esta maleta no cabe casi nada de lo que compré anoche en la casquería del barrio hebreo. Es tan diminuta que debes abrirte paso estacando una aguja bien grávida; Sigue leyendo «El rapto de Europa»
Columna. Envidia del pene.
Vieja, espacial, engreída. Aun puede ser todo lo que quiera porque tiene la Historia que viene de su lado. No importa si hay dos como ella. Sigue leyendo «Columna. Envidia del pene.»
No hay sexo en mi cerebro
O el cerebro de mi sexo.
No es beldad, ni es nívea. Es suculento, bien complejo y puedes recorrerlo por completo en cien días. Comerlo. Es vasto, culebresco. Primero debes abrirte paso estacando una aguja bien grávida. Sigue leyendo «No hay sexo en mi cerebro»
Mi lista de Librotea
Hace un tiempo, Librotea de el País me pidió elaborar una lista de mis libros favoritos. Pues aquí os la comparto en esta tarde sombría de invierno.
Ni son los libros que más han despertado mi deseo, ni son autores, algunos de ellos que alabe por su estilo. Si son libros que desde el plano sexual me han tocado profundamente. Sigue leyendo «Mi lista de Librotea»
¿Dónde estás?
¿Dónde estás cantante de ópera?
Obsesión es la palabra. Despierto buscando tu nombre. Desde mi cama, tú, quizás en México. Allá es donde te encuentro ayer; donde te fuiste para volver hoy. Han pasado algunos meses y mi mente no olvida, pese a hacerlo con tu nombre. Sigue leyendo «¿Dónde estás?»
Dolor y fábulas
Pulsión Mara.
Entra una luz distinta,
Los acordes de piano que suenan guían tu pecho en el bosque,
Tranquila, la bombilla no quema.
Monos blancos en acción
Cuando empiece la acción tienes que quedarte en silencio. No hables ni contigo y deja el histrionismo en casa. Te recuerdo que la protagonista es Mara. No bebas ron.
Pulse Mara. ¡Acción!
Arte, fiesta, mi carta… Excitación.
Sofá, cinturones, estriptis… Alegría.
Luz, piano, quemazón… Transgresión.
Geisha (*), espejos, yo… Muerte.
Darth Vader. ¡Ja!
Papá:
Te voy a decir algo. Ahora mismo, si ahora mismo, no envidio ninguna de tus anécdotas vitales porque mi cabeza es grande. Viaja con un ritmo inquietante, mágico y está llena de ideas brillantes. Ando segura, bien contenta (y bien follada) y no necesito ponerme de pie para bailar. Mi cerebro es un maserati. ¡Ja! Va por delante de ti. Mmm… Quizás tú siempre lo has sospechado pero soy más artista que nunca.
Nina y el monte de Venus.
La negrura de Nina es su luz. Su voz es la que os mostraría si supiera cantar.
He dormido ocho horas sin sobresalto y mis músculos están fuertes. Sigue leyendo «Nina y el monte de Venus.»
Oro, incienso, mirra y bodis.
Oro, lo que entrego cada noche pobre si sonríes a mis fisuras. Las repetidas e inaccesibles; las que adelantan al (m)alba. Sigue leyendo «Oro, incienso, mirra y bodis.»
¿Qué hay por aquí, George?
And I remember my first day at school…, dice la canción de George Michael; y yo recuerdo la primera vez que bailé desnuda para un chico…
Round here. Sigue leyendo «¿Qué hay por aquí, George?»
Cuentos y ostras por Navidad.
… Parece que esta noche no va a resultar fácil disfrutar de mi meretriz. Cuando cierro la puerta, siento que estoy algo enojado. Todavía no he conseguido follarme a esta perra y todo son sobresaltos. Sigue leyendo «Cuentos y ostras por Navidad.»
Emociones, amigas y slow-talking.
Quiero saber qué coño significa el amor. ¡Enseñádmelo vosotras, niñas de Chamberí!
Hablemos de ello. Sigue leyendo «Emociones, amigas y slow-talking.»
Mara no hace el amor.
Mara no acaba de dejarse deslumbrar por el brillo de la oscuridad. Es experta en congelar los pensamientos ante los primeros destellos de las tinieblas.
Pero algunas noches, sale al callejón y baila desnuda sin motivo aparente. Sigue leyendo «Mara no hace el amor.»
Adiós Leonard, adiós lover.
Tengo palabras de Leonard Cohen, sonetos, sílabas, guitarras y sombreros flamencos de seis acordes viviendo en mi cabeza desde que descubrí su música apenas siendo una niña. Sigue leyendo «Adiós Leonard, adiós lover.»
Cisne por delante y por detrás.
Soy una bailarina por delante y por detrás. Sigue leyendo «Cisne por delante y por detrás.»
#Vicio 03. Sin haberla desvestido, me enamoré.
Os dejo otro vicio más que nos dedica a todas las mujeres Roberto, un admirador de Instagram. Espero que lo disfrutéis. Sigue leyendo «#Vicio 03. Sin haberla desvestido, me enamoré.»
Bellas, breves y cuentos de hadas
Ella era bella pero nadie se lo dijo de niña. Era lista y nadie se lo repetía de niña. Tenía talento para la danza y nadie reparó. Sin embargo, para todos era perfectita y en la latencia, esa edad insulsa, la castración le saludó con traje invisible. Tampoco se dieron cuenta. Sigue leyendo «Bellas, breves y cuentos de hadas»
Lluvia, sexo y una válvula de cerdo.
Me pregunto en qué afectará la lluvia al estado vital de una válvula de cerdo instalada en el corazón. La que tiene mi madre y que no pudo prestar a papá la mañana que murió. Además, les separaban exactamente 720 km. Ese día no llovió. Se hubiera echado a perder la uva. Sigue leyendo «Lluvia, sexo y una válvula de cerdo.»
Nobel, coño y saxofón.
Os regalo un poema antes de que termine esta semana de poetas inmerecidos. Sigue leyendo «Nobel, coño y saxofón.»
Frota fuerte Mara…
Siento el cuerpo cómo empieza a desarmarse y estrujo los guantes de crin frotando fuerte para ralentizar el surgimiento de la vejez. Sigue leyendo «Frota fuerte Mara…»
Poema. 50.000 bragas.
Bragas sin instrucciones de uso,
1 +
Bragas blancas en el cajón, bragas nuevas, bragas de salón, bragas soprano, Sigue leyendo «Poema. 50.000 bragas.»
Total Sexy black en LFW!
Que la moda me gusta ya lo sabéis, que las faldas cortísimas, negras, y fundamentalmente de cuero, me flipan, no tengo que decirlo. Este año parece que pisan fuerte en la London Fashion Week que acaba hoy, y eso no me puede gustar más. Sigue leyendo «Total Sexy black en LFW!»
El sexo de Jelinek
13:50 horas.
Podría haber dado a confirmar al pedido de Amazon de toda la bibliografía de Jelinek y tirarme a descubrirla el resto del día, pero el puto nudo en el esternón me avisa de que me convendría más salir a correr. Sigue leyendo «El sexo de Jelinek»
Me duele el sexo; no llores si lees.
(*)
ME duele la garganta de contener la minga retorcida del albañil que ha salido por la puerta.
El pecho derecho de los huevos, uno, dos, diez, amontonados en mi boca. Sigue leyendo «Me duele el sexo; no llores si lees.»
Conversaciones con la TRIPITA de una desconocida.
S. (fan de Instagram): Por cierto, ¿qué hace una escritora un domingo como este?
Mara: Estoy preparando un poema sobre la braga y me está costando más de lo habitual. No sé si llego. Sigue leyendo «Conversaciones con la TRIPITA de una desconocida.»
Poema a la BRAGA
A 50.000 visitas, 50.000 bragas. ¿Es mucho?
Coming soon!
P.d.: El mismo día que alcance las 50.000 visitas, publicaré un poema dedicado a la braga. Prometo letras en rojo, pudor y mucho calor… Sigue leyendo «Poema a la BRAGA»
Janis y yo follamos en blue.
Escribo este texto ficticio-suicida sentada a treinta mil pies de la Tierra, con reducidas horas todavía y buceando en esta pantalla tonta de primera. Me entretengo con el último documental que se ha hecho sobre una de mis amigas imaginarias de la infancia: Janis Joplin; “Little girl Blue” (*). Sigue leyendo «Janis y yo follamos en blue.»
Sin protección, sin sexo, poemas de verano.
Un fuego me roe
Y se ríe de mí.
Duele como siempre. Sigue leyendo «Sin protección, sin sexo, poemas de verano.»
Sexo, Miami y tortugas.
Mareas negras surgen en la soledad de teclado; desobedeciendo al verano. Sigue leyendo «Sexo, Miami y tortugas.»
El ruido se clava en mi coño…
Primer mordisco golden y una tormenta voluptuosa afuera.
El olfato respingón que tengo hace que me levante de la hamaca espontáneamente y decida seguir leyendo en el dormitorio rosa. Sigue leyendo «El ruido se clava en mi coño…»
¿Hay sexo en First Dates?
La tele es ruido feo y por este motivo la atizo, tal vez, dos veces al año. Cuando lo hago es por el mismo instinto resacoso que me obliga a devorar una repugnante hamburguesa de Mc Donald’s. Sigue leyendo «¿Hay sexo en First Dates?»
Entretenimientos con Mara
Doctor: Hola Mara. Antes de que entraras y revisando tu expediente me he dado cuenta de que llevas casi tres años sin venir. No vendrás a que te ponga a régimen porque… ¡estás realmente guapa! Sigue leyendo «Entretenimientos con Mara»
Una braga de encaje sin romper.
Dicen que solo los buenos escritores pueden hacer más de un libro.
Dicen que la creatividad nace de la desesperanza.
Y que los cortes alivian al triste. Sigue leyendo «Una braga de encaje sin romper.»
Coqueteo y pena; Manuela.
Los muertos vienen vestidos de azul y Antígona viste de pena; y la baila Manuela.
He visto bailar a Manuela Carrasco en el último show de Rafael Amargo en Madrid; hace unos días. Esos quince minutos últimos de la bailaora, han valido la espera de más de dos horas de un espectáculo a ratos digno, a ratos… Sigue leyendo «Coqueteo y pena; Manuela.»
Mi selfie, Mi sexo y Mis ex-soldados…
Tengo la casa llena de libros. Varios rincones de las cinco esquinas que estructuran mi loft inglés con pulcritud se atiborran, por un lado, de los americanos “pedantes” (leer post anterior), de Pombó, Marías y Daniel Alarcón entre los hispanos vivos (aunque el primero murió de un ataque al corazón). Sigue leyendo «Mi selfie, Mi sexo y Mis ex-soldados…»
Mono blanco y pureza.
La pureza bebe del aire…, de mi aire contaminado, de tus lenguas usadas. Pip buscó y buscó a su padre… Sigue leyendo «Mono blanco y pureza.»
Sexo, tristeza y Dora Maar.
<<Sí. Creo en ello. Mi destino es, pese a lo que parezca, magnífico.
Antes decía que mi destino era, pese a lo que pareciera, muy duro>>. Sigue leyendo «Sexo, tristeza y Dora Maar.»
Mi caprichoso Placer Oral.
Ya son varios blogs de actualidad los que me han pedido que colabore escribiendo para ellos semanalmente. Hasta hoy lo he rechazado. Por supuesto que me gustaría porque haciéndolo, se abre otra vía para que se conozca mi vida literaria. Sigue leyendo «Mi caprichoso Placer Oral.»
#vicio 02. La SEÑORA duerme, dejando paso a la PUTA.
He estado pensando durante un chispeante rato que frase de tu declaración de amor o deseo, elegía para darle título a este post, El resultado ya es obvio pero se han quedado casi en la meta: Sigue leyendo «#vicio 02. La SEÑORA duerme, dejando paso a la PUTA.»
Autos de choque en el nuevo SEX-land de Brasil.
Sosegada una tarde de domingo de lecturas puedo leer por la red algo así:
…, una piscina nudista, un tren de la bruja con paradas dedicadas a distintas posturas del Kamasutra, Sigue leyendo «Autos de choque en el nuevo SEX-land de Brasil.»
Cápsulas de Pulse Mara: Pulpos y grand cru.
Os dejo un pasaje de «Pulse Mara» con recuerdos de Japón, país presente en toda la novela y que espero conocer algún día.
Mara.
<<…>>—Por hoy ya he tenido suficiente. Ya no bailo más —.
Cogiste una pieza de sashimi y me la diste de comer.
Luego te di un beso.
Te levantaste de nuevo y te sentaste en el sillón junto al mío.
Seguimos hablando. Me acuerdo también del momento cuando te contaba cómo los japoneses comen unos pulpos minúsculos, aún vivos. Yo me metía las manos en la boca para explicarte cómo era la sensación y tú me mirabas impaciente por saber más. Las patas, poco a poco, van pegándose a tu dentadura. Te decía metiéndome las manos entre los dientes para explicártelo mejor. Al principio tienes una percepción algo extraña pero te va seduciendo cada vez más. Me dijiste que te parecía muy sofisticado. —Lo es —te contesté.
Después recuerdo levantarme, coger la botella de grand cru que traje y acercarme a ti. Estabas hermosa con esa falda lisa rosa y, por supuesto, con el sujetador de perlas que compraste. ¡Cómo alzaba tu pecho grande que tanto me excita! Comencé a ponerme muy muy cachondo. Quería follarte de nuevo. Quería comerte entera. Me arrodillé junto a ti. Te abrí un poco las piernas y ofreciéndote la botella de champán te dije —Échate el líquido por encima. Quiero beberte, lamerte, saciarme de ti —. Solo recordar cómo corría el licor por tu piel tersa y luminosa ha hecho que se me ponga muy dura. Empecé a lamerte. Primero los pies. Fui subiendo por las rodillas, la parte interior de los muslos. Podía sentir cómo te ibas encrespando. Echaste la cabeza hacia atrás dejando caer la melena por la parte posterior del sillón. Podía oler ya el sabor de tu coño. Llegué hasta las ingles. Tú suspirabas, gemías. Cada vez más fuerte. Por fin alcancé tu preciada vulva. La mezcla del champán y los líquidos que empezaban a fluir de tu vagina me hicieron enloquecer y empecé a beber tu coño. Te metía la lengua hasta donde podía. Metí una mano por debajo del sujetador para pellizcar tus pezones. Tú me agarrabas la cabeza empujando hacia tus entrañas. —Más, Claudio, más —me decías. —Sigue. Cómeme. Cómeme. Fóllame —. Me echaste el champán por la espalda. Sentí un frescor embriagador. —Me encanta, cabrón —empezaste a gritar. —Más. Así, joder…. Me voy a correr. Cabrón. Cómeme entera. Hijo de puta —. Ya estabas completamente entregada al sexo. Yo estaba enfermo de deseo. Quería follarte. Quería que nos corriéramos a la vez. Mi polla estaba muy dura y sentía cómo subía el semen.
—Ay Mara. Te voy a follar como nunca te ha follado ningún cabrón —te dije. Y te levanté del sillón. Te eché sobre la mesa de comedor. Me tumbé sobre ti y te la metí de un golpe. Empujé y empujé. Cada vez más fuerte, más duro. Estaba poseído por la danza de la noche. —Aggg, argg… —bramaba. Embrujado por tu cuerpo, por tus perlas, por tu coño de puta. No quería parar. —Aggg ¿Te gusta que te follen así? ¿Quieres más? —te preguntaba. —Sí mamón. Quiero mássssss. Cómeme. Jódeme. Rómpeme… —.
Te jodí…
Te follé…
Te rompí…
Seguimos toda la noche follando y recuerdo la sensualidad del último polvo en tu habitación. ¡Cómo estábamos los dos pegados, tumbados de lado agotados! Yo te mordía suavemente el lóbulo de la oreja y te follaba muy muy lentamente. Tú seguías el ritmo pausado que yo marcaba agarrando mis piernas fuertemente como para sentirme más y más y de vez en cuando girabas levemente tu cabeza para que te diera un beso. Nunca olvidaré ningún polvo pero ese fue el más especial, Mara…
¡Cuánto anhelo volver a vivirte! Espero que sea pronto.
Te toca cuidarte mucho. Decirte que aquí me tienes cuando quieras…
Claudio.
…
¿Ya no quieres jugar, Mara?
Él: Cuéntame, Mara, entre tú y yo, ¿cómo fue esa sesión de fotos? ¿Qué pensaste e hiciste sobre esa cama para exhibirte casi desnuda en Instagram?
….
Él: (una semana después).
Cuéntame, Mara, me tienes con la miel en los labios. ¿Ya no quieres jugar?
Yo (Mara): Cada olor dulce, amargo, ácido, salado, que leo en tus emails, hacen que yo misma desee recorrer los poros de mi cuerpo (de coño a pecho) despacio y en silencio para ti. Pero públicamente, hasta que adivine si eres capaz de absorber (de adivinar) mi sabor exterior velado por la literatura escrita en blanco y con censura. Y es que sé que aunque lo niegues, te asusta ver la carne marrón por dos, con olor a pezón. Eres incapaz de tocarla (*). Lo sé. En mi cama solo pensé en la posibilidad de que te excites al verme meter un dedito, y otro, por los encajes limpios de mi braga… Así, mira…, mis manos deshaciéndose de la camisa blanca de algodón hacia el cielo …, volviéndose un sabueso cachondo… Continúa cabrón…, ven…, ¡empieza a tocarme!
Y sigue escribiéndo, continua preguntando y mañana volveré a darte los buenos días (IG) en satén, cada vez más desnuda…, quizás…, o eso creo…
Mara Blixen.
(*). (con lo que a mí me gusta)
Inacabada. Con Tony Bennett y otros hombres.
Una habitación demasiado grande sin escalones, donde los pomos de las puertas, más bajos de lo habitual, me hacen dar cuenta de que es para minusválidos. Y es que no queda alojamiento en una Italia pletórica de sol, más gafa de pasta de lo políticamente original, algo de experimento y mucho arte inacabado…, como a veces parezco sentirme yo…
Exactamente inacabada, así puedo llegar a sentirme hoy. Desde luego, ya no soy una niña pero me siento como si aún estuviera modelándome entre las pantallas frías que se deslizan veloces al son de Bennet. No pueden tocarse y yo intento pasar tímida entre los barrotes que forman esos screens gigantes y es que quiero terminar de averiguar quién soy. Pero los hierros son infinitos y bailan casi mejor que yo.
A veces, al levantar un pie, veo flashes seleccionados de mi pasado, de antes de ayer pero también de hace muchos años. Los más grandes me asustan, dibujan museos de miedo y trauma. En casi todos ellos la luz del sol que capturó el fotógrafo, forma la imagen fija enmarcada en mi memoria. Y a veces a esa luz del cuadro atirantado entre las barras gélidas, se añade la que se cuela torrencialmente desde la cubierta acristalada de vidrio. La mezcla de resplandores hace que me tambalee. Antes de caer, atisbo al fondo una posible salida. Salto.
Pero aparezco en otra sala. Es oscura y, sin saber por qué, siento vértigo. En ese momento la psicosis se apropia de mi vagina cuando veo aparecer en pantallazos de ordenadores muy viejos algunos de los hombres de mi pasado (de mi vida). Hablan todo el rato y se ceden la palabra entre ellos. Tengo la sensación de que se conocen. Sobre una caja de cartón oigo decir a Oscar: — Mara, Mara, ¿me recuerdas? Todos quieren intervenir y hacerme un warning. —¡Como sigas por ahí, te quedarás sola! —dice Luis. Alfredo me sonríe y repite que echa de menos mis risas… Boris aún no entiende por qué lo nuestro terminó, y Basil se arrepiente de no quedarse conmigo en Madrid… Todavía escucho a más y veo caras viejas, muy cambiadas. Tom me enseña cómplice la foto que me hizo desnuda y que fue portada en su exposición del MOMA… Karl me pide perdón por robar algunas de mis historias. Mompati me mira con esos ojos inundados en el Okavango… De algunos apenas recuerdo el nombre. Esos me miran serios, quieren castigarme. Empiezo a asustarme un poco y doy pasos largos mirando solo de reojo. — ¿Qué está pasando aquí? —me pregunto inquieta. Pienso si, en realidad, estarán todos muertos. Me mareo. Sus barbas me quieren dar alcance y siento una ligera náusea. Mientras corro hacia la siguiente sala puedo reconocer la voz del sádico de Juan bramando que quiere volver a follarse mi culo… No quiero oír más, ¡no puedo oír más! — ¡Dejadme en paz! —grito. Pero no pueden oírme porque esas palabras se quedan en mis labios. Soy incapaz de retarles.
Decido irme de una vez. Por fin consigo alcanzar la siguiente sala. Ya solo oigo ruido de fondo. En esta nueva habitación sigo viendo barrotes, aunque ya no cuelgan como guillotinas. Se apilan en estructuras formando cajas y advierto de nuevo flashes, aunque esta vez no reconozco las historias de su interior. ¿Acaso será mi futuro?
La sola idea de tenerlo delante de mí me estrangula el pensamiento y acelero firme hacia una puerta grande galvanizada que intuyo es la salida. Vuelvo la manivela pero no se abre. La aporreo, me quiero ir de una puta vez. A mis golpes, la hoja suena fuerte pero sigue sin abrirse. Estoy sola y nadie va a oirme. Sigo dando golpes durante unos minutos que ya son eternos. Caigo rendida esperando a que alguien venga a abrir la maldita puerta, y es que no pienso volver por la sala oscura… Entonces oigo desde muy lejos, fuera, alguien silbando la melodía de Lookin’ for the light of a new love… Me tranquilizo y es que reconozco la canción. Pero el silbo no parece querer venir a rescatarme porque cada vez se escucha menos.
To brighten up the night, I have you love
…
No oigo nada más.
…
Voy a tener que bailar sola en la oscuridad del pabellón porque Tony Bennett me ha abandonado fuera, en el jardín de Venecia.
Mara Blixen.
(La canción de Tonny Bennett se titula Dancing in the dark).
#vicio01.Sergio M. El hombre que recorre mi cuerpo.
¿Y si al fin me armo de valor y me decido a emprender el camino?
¿Y si consigo recorrer el empeine de tus pies y no caer perdido entre sus dedos?
¿Y si alcanzo tus gemelos sin que me fallen las fuerzas y pago su parada y fonda con mis besos?
¿Y si me deslizo por tus rodillas hasta que la carne de tus muslos detenga mi caída?
¿Y si arrastro mis deseos clavando en sus curvas las yemas de mis dedos?
¿Y si al fin, derrotado, llego a mi destino, tu sexo?
¿Qué me espera entonces, Mara? ¿Qué encontraré tras tu velo?
—
¿12.000 euros? Pon precio a tu placer.
No hay casi nada nuevo sobre el mundo de los juguetes sexuales a estas alturas pero, ¿y si te digo que puedes sorprender a tu partner con un consolador de 12.000 euros? Sigue leyendo «¿12.000 euros? Pon precio a tu placer.»
Striptease, pezones y Mata Hari.
Un striptease, estriptis o estriptís1 (del inglés strip (desnudar) + tease (engañar), baile sensual),
es lo primero que dice SexyPEDIA cuando buceo en google, y es lo último interesante que puedo leer, eso y descargarme para el blog la foto de la adelantada y erótica Mata Hari. Aunque hablo inglés, no había hecho la conexión de que la segunda parte de esta palabra (algo cursi si escuchas con atención), es un engaño.
(Strip-TEASE suena como a tis, tea, tit, ti, titi, el piti que se fumaba mamá, y es que todo aquello que acaba en i es muy inglis…y cursiX, que no sexy(i))…, o sexy(i)X!
Inmediatamente me pregunto por qué es un engaño. Sigo leyendo. Rápido te das cuenta de que lo del engaño debe suponerlo solo aquel que crea que lo que va a terminar viendo es lo que “la chica” no enseña cuando aparece en el stage envuelta en oro y sal. Lo curioso es que nadie desea verlo en realidad, y siempre vas a preferir que me quede con las telas envolviendo mis pezones redondos, duros… Entonces es cuando la palabra cobra sentido. Porque cuando has deseado más de mí, quizás yo te he llevado al engaño…
Al engaño de creer que me conseguías, de pensar que ya era tu antojito, de hacerte sentir cómo podrías follarme o poseerme, romperme hasta el dolor… Más, más allá, allí donde tu esencia se corrompe para siempre, desoyendo la barrera de la intimidad.
Y cuando crees que lo has conseguido después de un sudado feo, y aún con el sufrimiento que provoca el miedo por acercarte, tu chica (la que ya creías solo para ti) tira la última tela roja al bobo que siempre bebe agua, y se le siente aburrido escondido desde hace meses, casi años, en el espejo negro de salida.
Y te vuelvo a hacer un striptease cuando lo pidas, y será nuestro striptease bobo…
Mara BLixen.