Los domingos cuesta desperezarse. Este aún más. Ayer llegué a casa después de bailar hasta la extenuación en ARTS CLUB, MAdrid (gente guapa con pistolas de agua, alcohol y mucha, muchísima alegría por vivir) y caí en la cama con mis tacones dorados sin quitar y completamente desnuda. Abracé las sábanas en toda su extensión y jugué a tocarme el coño con suavidad hasta penetrar en el sueño lascivo de mi sexo. Hoy me despierto «lazy» porque los domingos cuesta tanto desperezarse…
MAra Blixen.
Excelente forma de coger «el sueño». Un abrazo !
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