
<…> Daika comenzó a deslizar la cremallera de tu vestido. Ay zorra, ¡Cómo sabes vestirte para mí! ¡Estabas tan exquisita!
Mientras el vestido iba cediendo, Daika hundía sus manos en tus pechos y Akira comenzó a besarte. Ladeaste la cabeza y me exclamaste despacio:
Claudio… Lo único que no puedo permitir es que me besen. Todo lo demás no me importa.
Mara. Besas como los ángeles. Deberías soltarte un poco más. Quiero que disfrutes como si fuera yo mismo el que te va a follar así que muéstrales las artes de tu lengua. Enséñales todo lo que sabes hacer. Estás aquí para gozar. No tengas miedo. Te dije con dulzura.
Noté cómo una lágrima corrió por tu mejilla y te dije de nuevo. Mara. No tengas miedo.
Me contestaste lentamente: No,… por favor…
Y continué diciendo. Akira. Sube la falda de su vestido y quítale las bragas. El joven obedeció y pronto quedó al descubierto tu coño poblado de rizos negros. ¡Qué hermosura!
Extracto de mi novela PULSE MARA.
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