Doctor: Hola Mara. Antes de que entraras y revisando tu expediente me he dado cuenta de que llevas casi tres años sin venir. No vendrás a que te ponga a régimen porque… ¡estás realmente guapa! Seguir leyendo «Entretenimientos con Mara»
Deja mis pezones para el final y aprende…
Leyendo este artículo sobre tetas, me ha parecido interesante compartirlo porque a veces nos olvidamos que a las mujeres nos deleita que el hombre vuelque todo su erotismo en el arte de alzar la sexualidad del pecho…
La caricia lenta, el mordisquito, y el viaje sinuoso con la lengua por toda su superficie hasta alcanzar el pezón (y ensimismarse en él de infinitas maneras…), es una de nuestras demandas silenciosas…
Por cierto, ¿habías oido hablar del orgasmo de pezón?
Mara Blixen.
Camas calientes…
Estoy triste…, a lo Woolf; y eso no es precisamente consolador. Las piedras pesan, cada vez más… Yo nunca llevo vestidos largos como ella así que al no caberme en los bolsillos, las debo meter en el lóbulo de las orejas, ese órgano necio… Cuando están dentro suelen apretar. Molestan; a veces, como hoy, se arriman un poco de más y me termina doliendo tanto la cabeza que me pregunto por qué no se juntan del todo y barren mis pensamientos hasta arrasar con ellos. Pero no es así y entre las culebrillas del cerebro apareces tú para decirme que este dolor se pasará, que no dude en que voy a aguantar. Me aconsejas que busque consuelo en mi propia alegría, que invente una nueva aventura, que me la juegue otra vez…Pero es que ya no quiero ser valiente. Lo que quiero es QUE VU-EL-VAS… ¡MALDITA SEA! ¿Por qué no podemos tomar otro ron más? Háblame, por favor… No seas cabezota como la última vez, vuelve y hazlo una vez más. ¿Sabes que Luis ha traído tu ron favorito?… ¡Cómo me gustaría volver a discutir contigo sobre los tiempos modernos, sobre la uva, sobre el último invento que se te ha ocurrido y del que estás convencido, nos va a hacer millonarios…! ¡Cómo me gustaba emborracharme en las lunas de La Herradura contigo! Todos se iban a dormir y quedábamos tú y yo, filosofando en bajito, como de hombre a hombre… (Joder, ¿Por qué no avisaste antes? Si ni siquiera me dirigías la palabra cuando te moriste…).
A veces, cuando, al escuchar una de las historias de mis viajes, de mis novios, te sonreías echando una calada placentera a tu puro, yo me sentía orgullosa. Siempre decías que solo unos pocos elegidos podrían llegar a comprender el verdadero “meaning of life” (*); por supuesto, uno eras tú y es probable que vieras en mí que uno de tus hijos, al menos se había enfrentado a lo esencial, que un trocito de tu estela continuaría; y ese pensamiento te aquietaba…
Pero es que tu luz se ha ido…, lejos…, de repente.
Y cuanto más lejos viaja, más miedo tengo…
…
Ahora busco en camas calientes algo de sosiego que esconda el desaliento por tu pérdida; pero el roce obsesivo con la carne no hace más que agrandarlo.
Mara Blixen.
(*). Os recomiendo este librito de filosofía de Terry Eagleton sobre la búsqueda de la felicidad. En español, el sentido de la vida.
El sexo, ¿revela quiénes somos? ¡Obsérvame e intenta descubrirme!
<…> Mara, siento que te bebes la vida, sin prejuicios, sin normas, sin miedo, tan segura de ti misma…
Pero algo escondes. Algo no quieres dar a los demás. Lo das todo y nada. ¿Quién eres? Ni siquiera me atrevo a preguntar porque sé que no revelarías nada importante…
Extracto de Pulse Mara…
MAra Blixen.
¿ Por qué cuando escribo ME EXCITO TANTO?
Me excito por infinitas razones.
Por el placer de escribir…,
por el placer de inventar situaciones, ambientes, colores, nuevos personajes…,
Por intentar dejar a relucir en un acto aparentemente insignificante, el lado más oscuro del protagonista, de mi misma…,
por el placer de escuchar el tintineo de las teclas…,
por la soledad voluntaria que me invade y gratifica…,
por el placer del limpio pensar…,
por resucitar aquel encuentro fugaz en la cola de un water…, mmm.
porque a veces siento arder y voy deshaciéndome de cada tela hasta quedarme en braguitas…,
por el repicar de mis tacones…,
por saberme leída un día…,
por la necesidad de contar al mundo de dichosas maneras, la tristeza que un día rompió mi pudor…
Mara Blixen.