Mi lista de Librotea

Hace un tiempo, Librotea de el País me pidió elaborar una lista de mis libros favoritos. Pues aquí os la comparto en esta tarde sombría de invierno.

Ni son los libros que más han despertado mi deseo, ni son autores, algunos de ellos que alabe por su estilo. Si son libros que desde el plano sexual me han tocado profundamente. Seguir leyendo «Mi lista de Librotea»

Te doy mis pechos. (Coco desnuda en la cama).

 

pechos

Mis pechos hablan serpenteando entre espejos…, en una tarde solitaria y casi ruidosa de viernes…, en otro reglado fin de semana más, ¿Cuántos más? ¿Cuántos llevo vividos? Y,  ¿Cuántos quedarán?…, ¿Quién coño me preguntó si los quería vivir? ¿Una madre que olvidó que éramos dos cuando nació mi hermano gemelo? ¿Un padre que se largó sin decirme si quiera adiós?

Así me despierto de la siesta del comienzo de un fin de semana muy “lady blue”. Seré breve porque me incorporo cansada de escribir en mis pestañas… (Solo un artista podría fotografiar mi última frase).

Tras el disparo, ahora soy capaz de haceros notar la sutileza del papel limpio que confunde al fotógrafo cada vez que pretende destacar el monte de venus de una mujer frente al vals del piano. Mi repetitivo triángulo se despereza entre las culebras de su biombo. Y aún no conozco al retratista…

h3Mi noche de más se suma a la vida, porque, de la caverna de la sala oscura de contrastes surge un trazo bonito, pinta de azul a los muchachos… Y es que la belleza es la hostia nívea que nos remide del pecado. Su búsqueda, la búsqueda que hago de ella follando obsesivamente es lo único que me hace estar clavada al suelo y no morir.

Admiro la cajita mágica que envuelve cualquier fotografía sublime. Yo soy solo una escritora deprimente (pero alegre por genética), quizás por el temor a no alcanzar nunca la belleza de la que siempre hablo…, o la fama. O a no creérmelo… A fracasar, cuando simulo en el tejado, ser la fea Coco Chanel, la flaca que ese tonto admiró antes de que alcanzara el éxito de manera natural. Cuando leo sobre ella, me pregunto si, antes de conseguir la fama, también fue admirada por su personalidad. Es posible que esta reflexión esté anticuada hoy, pero, ¿cuándo empezó a ser importante la fama? ¿Llenaba Coco los lugares por su estela de adolescente? Entiende lo que trato de decir.

Me gustan las fresas, pero también me gusta no ser nadie.

¿No es esa la cota más alta de la verdad?

….

Perdón, ¿No es esa la cota más alta de la vanidad?

Mara Blixen.

Sexo jamás confeso, muerte y flamenco.

R7aY llega el aviso de tu muerte. Por fin. No soportaba más la presencia de la puta Decadencia riéndose de ti, y de todos nosotros cada vez que, con sus zancadas negras parsimoniosas, te clavaba la aguja.

Pocas veces enciendo el tocadiscos que me regaló papá. Mozart, y su Lacrimosa requieren respeto. Así que paro de llorar y dejo caer la aguja, una aguja limpia, y aunque punzante, muy diferente a la que impulsa la Muerte. Este es mi pequeño rezo ateo para despedirte, Gran danzón.

Cierro los ojos y escucho la marcha. Puedo dibujar sombras oscuras flotando como una corona sobre mi coleta. Quizás solo sea un rodeo y estén de paso para asentarse en otra cama, o quizás las estoy oliendo porque la siguiente soy yo. Hoy, cada vez que una bandada de pajaritos pequeños levanta el vuelo en Madrid, continuo viendo esa carita sonriente de niño que, sin embargo, escondía en secreto desde el vientre una dermis podrida. Ya han pasado cinco años…

Aunque los pájaros rara vez vuelan de noche, acaba de expandir las alas en el patio quieto de casa uno grande. He decidido que seas tú, Álex. Les diré a esas dos criaturitas que dejas ya cortadas para siempre, que busquen alto…

Y de flamenco y del nacimiento de los dioses también quiero hablar hoy. Del flamenco porque ninguna expresión artística ha sabido expresar mejor el canto de la muerte. A cualquier seguiriya la colma su desnudez, la ausencia de retórica. Su cante triste repleto de sexo jamás confeso, lo hace místico.R23a

Álex, me despido sin parar de bailar en cualquiera de esas fiestas locas que organizabas. Nadie se atrevía a poner fin hasta que uno alzaba la última botella, buscando a quien bautizar como el dios del nuevo día. Te digo adiós de una manera original. Regalándote este vals de José Hierro que canta jondo algo así:

<<Aquel que ha sentido una vez en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca>>.

Mara Blixen.

Mara, sexo, inocencia y Hotel California.

 

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Hotel California, The Eagles.

Some dance to remember, some dance to forget…

Extraigo esta frase clave de Hotel California, una de las canciones más incisivas de mi vida. Al enterarme esta semana de la muerte de Glenn Frey (The Eagles), no daba crédito porque justo el día anterior la bailé obsesivamente, no sé cuantas veces… Me dejé arrastrar desnuda entre el silencio del fin de semana.

Más allá de las interpretaciones satánicas o como metáfora del corrupto Hollywood que algunos insisten en hacernos ver, otra cosa tiene esta canción que me hace vibrar. Y aunque no viene al caso, dejo caer que siempre he puesto a Hotel California y Summertime en el mismo rincón de la estantería. Hace años no sabía por qué escuchaba tan compulsivamente estas dos canciones. Aun siendo muy diferentes, para mi algo tenían en común. Ahora, después de dejar rozar el aire fresco de la carretera en mi melena larga tantas veces, ya empiezo a entenderlo.

Cuando apenas era una niña y la escuché por primera vez, se me caló dentro. Busqué la letra y me la tragué. Siempre preguntaba a los mayores por su significado y yo no paraba de soltar disparatadas opiniones para ver los comentarios… Nada me convencía.

Un día, cuando ya estaba pisando el umbral del universo adulto entendí cuál era el significado para mí. Sabía que el mundo mágico que estaba a punto de descubrir cuando apenas me empezaban a crecer los pechos, me iba a gustar mucho más a que a cualquiera de mi edad. Siempre fui precoz. (Entonces ya había leído todo del esperpéntico y genial Valle-Inclán). Estaba dispuesta a no pasar desapercibida, y era tan osada que me disponía a inventar una nueva juventud de vanguardia.

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Mara en búsqueda de la inocencia que un día se fue.

En verano, organizaba fiestas pink en la playa; era asidua a tertulias extravagantes donde, entre aquellos hombres barbudos, mi minifalda cortísima no pasaba desapercibida, y siempre estaba rodeada de amigos, de pretty, pretty boys… Cuando llegué al Hotel California, yo misma quise pagar por conseguir la habitación “mirrors on the ceiling (espejos en el techo)” más exclusiva… La vida corría alegre y era fácil, so easy…

Pero, en ocasiones me despertaba en salas oscuras sin casi conciencia, a veces asustada. Entonces, parte de la melodía que escuché muy jovencita, venía a saludarme en susurros, como una canción de cuna,…You can check-out any time you like, but you can never leave…

Es como si fuera la favorita de Glenn Frey y él mismo quisiera alertarme de que, una vez dentro, ya no podría volver a la candidez de la adolescencia. De que tenía que saber que eso sucedería, evitando así sentirme prisionera cuando, algún día, quisiera correr en otra dirección.

Oficialmente estaba avisada y por eso no era justo que llorara. Nunca me quejé, ni una sola vez. No recuerdo si fue en la sala de banquetes cuando decidí que, si el hielo del champagne volvía a sacudirme, en vez de correr, bailaría…

Some dance to remember, some dance to forget…

Y ahora que aún soy joven, y que me consta que la inocencia más perversa busca nuevas almas pero no la mía, voy a escribir una canción nueva para todos. Esta dirá algo así como que el Hotel California ha sufrido un colapso y se ha derrumbado. Entonces, otras generaciones volverán a recuperar la inocencia cuando quieran y no tendrán la necesidad de bailar para intentar conseguirlo, pese a las arrugas que le salgan a la bestia…

Mara Blixen. 

(Os dejo la letra de la canción).

«Hotel California»

On a dark desert highway, cool wind in my hair
Warm smell of colitas, rising up through the air
Up ahead in the distance, I saw a shimmering light
My head grew heavy and my sight grew dim
I had to stop for the night
There she stood in the doorway;
I heard the mission bell
And I was thinking to myself,
«This could be Heaven or this could be Hell»
Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor,
I thought I heard them say…

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place (Such a lovely place)
Such a lovely face
Plenty of room at the Hotel California
Any time of year (Any time of year)
You can find it here

Her mind is Tiffany-twisted, she got the Mercedes bends
She got a lot of pretty, pretty boys she calls friends
How they dance in the courtyard, sweet summer sweat.
Some dance to remember, some dance to forget

So I called up the Captain,
«Please bring me my wine»
He said, «We haven’t had that spirit here since nineteen sixty nine»
And still those voices are calling from far away,
Wake you up in the middle of the night
Just to hear them say…

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place (Such a lovely place)
Such a lovely face
They livin’ it up at the Hotel California
What a nice surprise (what a nice surprise)
Bring your alibis

Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice
And she said «We are all just prisoners here, of our own device»
And in the master’s chambers,
They gathered for the feast
They stab it with their steely knives,
But they just can’t kill the beast

Last thing I remember, I was
Running for the door
I had to find the passage back
To the place I was before
«Relax, » said the night man,
«We are programmed to receive.
You can check-out any time you like,
But you can never leave! «

¿ Por qué cuando escribo ME EXCITO TANTO?

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Me excito por infinitas razones.

Por el placer de escribir…,

por el placer de inventar situaciones, ambientes, colores, nuevos personajes…,

Por intentar dejar a relucir en un acto aparentemente insignificante, el lado más oscuro del protagonista, de mi misma…,

por el placer de escuchar el tintineo de las teclas…,

por la soledad voluntaria que me invade y gratifica…,

por el placer del limpio pensar…,

por resucitar aquel encuentro fugaz en la cola de un water…, mmm.

porque a veces siento arder y voy deshaciéndome de cada tela hasta quedarme en braguitas…,

por el repicar de mis tacones…,

por saberme leída un día…,

por la necesidad de contar al mundo de dichosas maneras, la tristeza que un día rompió mi pudor…

Mara Blixen.

Así se hizo realidad mi fantasía con 3 Hombres. PARTE II

Fui hasta la cocina. Saqué tres vasitos de cristal para el tequila. Me puse de puntillas para poder alcanzar la botella que guardaba en el armario alto de encima del frigorífico y en ese momento sentí una mano tocando mi culo por debajo de la bata… Pínchame por si no leiste la PARTE I.

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cONTINUACIÓN:

Así me quedé. Me sobresalté pero me contuve. Ya llevaba cachonda un rato. Decidí dejarle actuar. A ver qué hacía.

Siguió sobándome el culo. Levantó la tela de mi ropa interior y metió los dedos por debajo de la braga hasta alcanzar mi vagina. Me metió un dedo tan rápidamente que no me dio tiempo a reaccionar. Solté un silencioso gemido. Con la otra mano desató el nudo de mi bata y empezó a tocarme un pecho. Mi cuerpo se pegó más a la puerta del frigorífico. Joder.

Umm.  Suspiré sin poder controlarme más.

No me esperaba esa embestida sin preaviso y mucho menos de un chaval tan joven.  Me pegué un poco más a su cuerpo levantando el culo para ver si su polla estaba dura. Guauu. Si lo estaba. Sí. Entonces giré la cabeza y comenzamos a besarnos. Era Álex por supuesto. Me di la vuelta por completo. La bata abierta dejaba al descubierto mis pechos. El chico comenzó a besarlos. Los agarró con sus manos. Los  besaba con entusiasmo. Yo estaba muy húmeda ya. Dejé la botella de tequila sobre la encimera mientras me dejaba manosear. Me cogió de la cintura y me pegó contra la pared. Me sujetó las muñecas y me besaba por todas partes. Rápido. Iba bajando por todo el cuerpo hasta que alcanzó mi culote blanco de algodón. Lo mordió intentando deshacerse de él hasta que  la braguita quedó a la altura de los muslos y empezó a besar mi pubis.  Abría con sus dedos los labios de mi vagina para absorberlos mejor. Dios… Me estaba poniendo enferma ese muchacho. Deseaba follármelo ya. No quería que los otros chicos nos oyeran e intentaba contener mis gemidos. Levanté una pierna y la  apoyé sobre su hombro para abrir más mis entrañas. Ansiaba llegar al orgasmo cuanto antes. El chico no paraba de lamer mi coño. Lo hacía bien aunque a veces friccionaba demasiado y me hacía  daño. Esa cosita es muy delicada y hay que tener mucho cuidado.

Al final pensé que le faltaría experiencia para hacerme llegar al orgasmo solo con la lengua. Aunque he de decir que incluso los tíos mayores, muchos,  no tienen ni puta idea de cómo comer un coño.

En fin. Que le levanté. Le abrí la bragueta, le bajé los pantalones y el calzón de una vez. Él se ayudó hasta quistárselos. Apagué la luz del plafón del techo y abrí un poco la nevera para que pudiéramos ver mínimamente. Le senté en la única silla que había en la cocina en frente de la encimera junto a la ventana. El chico estaba completamente empalmado. Me quité las bragas y  me senté encima de él introduciendo su polla de una sola vez en mi vagina. Dioossss!! ‘Qué rica estaba! Suave, grande y dura. Se deslizó en mi coño a la perfección. Empecé a follármelo rápido. Le cogí la cabeza y se la metí entre mis tetas para que volviera a comérselas mientras seguía cabalgando sobre su cuerpo fuerte y atlético. El chico estaba entregado a mi placer. Miraba primero mis pechos. Los cogía, los besaba con suavidad y enseguida  se los metía en la boca para chuparlos  rudamente. Luego paraba de nuevo y pellizcaba un pezón. Luego lo mordía. Me abrazaba. Se pegaba, se despegaba. Bajaba  sus manos hasta el culo. Lo agarraba. A veces acercaba un dedo por la raja de atrás y luego, mientras me chupaba un pecho,  lo subía por la columna vertebral  apretando un poco hasta llegar al cuello. Volvía a mi boca, a mis pechos. Cogía mi pelo. Tiraba un poco de él. Me abrazaba. Me besaba… Yo me lo follaba….Ahhhhh.  ¡Qué sensualidad y qué vigor!

De repente pude ver el punto rojo sobre la piel de mis manos que estaban apoyadas en el borde de la encimera. Ladeé la cabeza  mirando hacia la puerta y allí estaban Alfonso y Agustín. Los dos permanecían quietos, impasibles,  mirándome con deseo.  Agustín Llevaba el puntero láser y Alfonso se estaba tocando la bragueta.

Sin decir nada giré la cabeza de Álex hacia ellos mordiéndome el labio inferior de la boca lascivamente con la intención de  retarlos.

¿Os gusta mirar eh cabrones? Les dijo Álex.

Cuando Álex terminó de hablar metí el dedo pulgar de una mano en su boca empujando a la vez su cabeza  hacia atrás. Seguidamente lo saqué. Levanté el dedo índice y dirigiéndolo hacia mí les invité a pasar.

Ven aquí Alfonso. Le decía mientras que Àlex  mordía un pezón sin dejar de mirar a sus amigos.

Acércame la botella de tequila. Alex le ordenó.
Alfonso obedeció. Cogió la botella y se la dio a Álex. Después se puso junto a mí. El chico no sabía muy bien qué hacer. Àlex bebió un sorbo de la botella y después fue echando el resto sobre mis pechos. Me encantó esa sensación de frescor. Esa noche hacía mucho calor. Con las manos iba esparciendo el líquido por mi piel. Tocaba mis tetas, mi cintura, mi cuello, mi cara. Empezamos a acelerar el ritmo del polvo de nuevo. De vez en cuando me metía el dedo en la boca para que saboreara el tequila. Yo me volvía loca con aquel joven. Ufff. No sé cómo podía estar aguantando tanto tiempo sin correrme.

Pero no me olvidaba de Alfonso que seguía de pie junto a mí observando cómo jodíamos su amigo y yo. Le cogí tiernamente del mentón y acerqué su cara a mi pecho para que se lo comiera.

Muérdeme el pezón. Le dije sin soltarle.

El chico comenzó a chupetear el pecho con cierta timidez. Con la otra mano le cogí de los huevos. Sentí su polla dura. Guau! Pensé. ¡Hoy me voy a dar un buen festín!

No te cortes. Alfonso. Aprovecha esta oportunidad que esta noche vas a disfrutar bien de tu profesora. Le exclamé cogiendo  fuerte sus huevos.

Mientras  tanto Àlex seguía sobando mi cuerpo brillante y mojado a causa del tequila.  Comencé  de nuevo a acelerar el ritmo del polvo. Eché el torso y la cabeza hacia atrás sujetándome a la encimera para no caerme. De ese modo los chicos podrían disfrutar más de mí. Empecé a follarme a Àlex más fuerte. Alfonso, por fin, entró en calor y se perdió entre mis tetas. Lo hacía con devoción, con vehemencia. Fuertemente. Deslizaba compulsivamente sus manos por todas las partes de mi cuerpo.  Yo estaba empezando a notarme fuera de mí.

Más, más… seguid así. Joder…No paréis. Les decía una y otra vez.

Alex de vez en cuando me cogía del pelo echándome hacia él y comenzaba a besarme: me metía la lengua hasta el fondo. A veces me mordía los labios con fuerza. Eso me  ponía aún más cachonda. El chico iba fuerte. Tenía más experiencia que la que podía esperar de un niñato de instituto. Yo estaba fuera de mí. Gemía. Aggg…. Me voy a correr cabrón. Sigue follándome así. Guauuuuu!!! Alexxxx!!!! Alfonso seguía lamiendo mis pechos y sobando todo lo que podía pero Agustín permanecía de pie en la puerta mirando. Apuntaba con el láser a todas las partes de mi cuerpo. No se decidió  a juntarse al grupo el puto mirón. El cabrón de Álex  empezó a tocarme el clítoris con el dedo mientras me lo seguía follando. Eso me desquició. Ay cabrón, que me corro. Cabalgué más fuerte. Noté el orgasmo cómo llegaba. Ayayay…. Uimmmmm sigueee. Cabrón……aggggggg me corrooooooo….

Ummmm

Caí destrozada sobre los hombros de Álex…

PUes esta es la versión con los tres… MAra es mucha MAra…

Mara Blixen.

¿Es sexy?, ¿Es ella? ¿es todavía Salma Hayek?

salma-hayek-48 Pínchame y sabrás más del «topless» de la mexicana. Siempre me ha gustado Salma. Ha ido madurando con gran naturalidad sin perder ese punto tan sexy que le hace especial. Confieso que eso es lo que quisiera para mi al llegar a su edad. 48. No quiero ni Uma Thurmans, Meg Ryans ni Renée ZellwegerS. Es una verdadera pena…

Salma. Escúchame… Déjame que te de un consejo. Ten cuidado porque se empieza a ver demasiado el photoshop y en este repor ya no estás sexy. ¿De verdad quieres ser una belleza más, una cara bonita como tantas que vemos en las revistas? Tú no, Salma.

Mara Blixen.

¿Cuantas veces has comprado el PAN con mini-FALDA?

LO MÁS SEXY DE LA SEMANA DE LA MODA DE PARÍS. 

14/7/2015. ¿Qué look te imaginas un miércoles por la mañana, por ejemplo…, para bajar a comprar el pan? ¿Negro, minifalda y taconazo?

barbara-martelo-estilista

Bárbara Martelo, la estilista española que más me gusta lo consigue. Es la cosa más sexy que puedes encontrarte este verano. En realidad, ella cambia la panadería por los desfiles de moda  de la semana pasada en París pero, lo importante es que consigue estar muy sexy. Así como quien no quiere la cosa, y ¡a plena luz del día!

Inténtalo tú también. ¿Por qué no? Sabes que puedes. Solo es cuestión de jugar, imaginárselo, creérselo et…, voilà! ¿Quién sabe? Quizás hasta el panadero te da esa baguette marcando cuadriceps e invitándote a un buen café…

MAra Blixen.

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